¿Es la NBA cool?

Esta es mi Esquina
4 min readJul 25, 2023

--

A medida que pasa el tiempo y envejecemos empezamos a encontrar placer en cosas que antes ignorábamos. Reemplazamos hábitos juveniles como salir de fiesta, por el simple disfrute de cafés, siestas y sábanas recién planchadas

Hace un par de meses, después de que mi querido Independiente inevitablemente regale un gol/penal en los últimos minutos para empatar/perder, me encontré buscando algo mas que satisfaga mis ganas de ver deporte. Como nos pasa a todos mil veces, vi esas 3 letras que siempre están en horarios insólitos en la grilla de programación: NBA.

Basquet. El deporte que practican exclusivamente los nenes que son altos, malos para el fútbol y odian pasarla bien. Un juego cipayo que (al igual que el rugby) pretendemos que nos gusta una vez cada 4 años, cuando Argentina juega mundial u olimpiadas.

Todos creemos que sabemos algo de basquet. Conocemos a Lebron James, Manu Ginobili y Michael Jordan. Capaz podemos nombrar algunos equipos o figuras, pero estamos lejos de dedicarle el tiempo y la atención que le damos a, por ejemplo, el fútbol europeo.

Pero ¿por qué? ¿Es porque el fútbol es mejor? No lo sé. ¿Es porque nos da miedo ser diferentes y evitamos todo lo que no conocemos? Probablemente. ¿Es porque el basquet es, objetivamente, un deporte de mierda? Eso pensaba yo.

Entregado, puse el partido y le dediqué lo que pensé que iban a ser 5 minutos.

Vine buscando cobre y encontré oro.

Una vez que terminó el partido y por motivos que no se explicar, los algoritmos de instagram y twitter me empezaron a alimentar forzosamente NBA — y puedo garantizar que una vez que la máquina de contenido capitalista americana empieza, no tiene final. Jugadas, noticias, clips de podcasts, opiniones, top tens, entrevistas

Fui bombardeado por videos de personas, con nombres que no sé pronunciar, haciendo cosas que no parecen reales. Y para mi sorpresa, mientras más llegaba, más me gustaba. Como un náufrago que llega a tierra después de pasar meses en una isla desierta, o ese amigo gordo y colorado cuando llega el momento de la torta en un cumpleaños, consumí todo hasta no poder más y me fui a dormir esperando poder repetirlo y seguir al día siguiente.

En principio el deporte es estupido. Cinco adultos (generalmente de 2 metros y melanina en exceso) intentan meter una pelota en un aro que es ligeramente más grande que la pelota, mientras otros 5 lo defienden. Lo que esa burda descripción ignora es lo mismo que le faltaba a la clase del pobre profesor de gimnasia de la primaria tratando de enseñarte a hacer una bandeja: el show americano.

Estados Unidos, como nadie más en el mundo, entiende que nuestros atrofiados cerebros tienen el mismo poder de concentración que un hamster enfermo. Por eso el deporte se estructura en posesiones de 24 segundos como máximo y una cantidad ridícula de pausas, mostrando estadísticas y repeticiones en todo momento.

Todo eso bajo el ala de una organización y una comunidad que fomenta la rivalidad y la competición. Jugadores que activamente declaran en contra de otros, equipos que salen de su camino y se esfuerzan por dejar en claro su disgusto con otros. Esas cosas tan mezquinas, son las que más disfrutamos.

¿Qué es más divertido que ver a 2 super atletas enfrentarse uno contra otro? Fácil, ver a dos super atletas enfrentarse sabiendo que se odian. La comunidad de la NBA, no solamente permite ese tipo de drama, sino que lo fomenta. Periodistas haciendo preguntas que buscan declaraciones polémicas, hinchas constantemente comparando y enfrentando a figuras y figuras extremadamente conscientes de su imagen pública y su influencia.

De más está decir que el basquet me conquistó. Aprendí (y quiero seguir aprendiendo) de su historia, equipos, figuras y rivalidades. Vi documentales y videos en Netflix. Discutí NBA con ese amigo que está en cada grupo. Ya sabes cual, el que le gusta el básquet y viene diciendo hace años que es divertido. El que en un 95% de las veces es pretencioso, gordo, colorado o un poco boludo.

Me metí de lleno en números, estadísticas y terminología que no entendía del todo. Draft, Playoffs, Conferencias, todo parte de un sistema complejo, con excentricidades y particularidades que buscan siempre mantener la competitividad al máximo.

Esto significa que voy a ver los 82 partidos de la temporada regular (si, 82, una locura, ni en el sueño más húmedo del Chiqui Tapia se anima a tanto) o meterme de lleno en ligas de fantasía? No.

Pero si voy a seguirle el pulso a mi equipo sabiendo que ese universo existe y me espera con las manos abiertas.

Los invito a dejar de lado los prejuicios y superar el sutil racismo que heredamos de nuestros abuelos, y darle una oportunidad al básquet que, para mi sorpresa, es oficialmente cool.

PS: Si, cuando hablo de basquet hablo de NBA. Ni bajo orden judicial le dedicó un segundo a la liga nacional. Cortemos con las pavadas.

Hasta la próxima,

Manuel

¿Es la NBA cool? es parte de una serie donde trato de descubrir cosas y dar mi opinión, o presentarlas bajo mi mirada. Si crees que hay algo más que debería probar, contámelo. Y si crees que no tengo razón, déjalo en algún comentario. Garantizo no leerlo

--

--

Esta es mi Esquina

Este es un espacio donde voy a hablar/escribir de todo un poco. La idea es tratar imprimir mi vision y mi personalidad en lo banal. Sean bienvenidos!